Un divorcio es la disolución de un matrimonio tras una sentencia judicial a petición de al menos uno de los cónyuges.
Se trata de la ruptura del vínculo conyugal para la que no es necesario que las dos partes estén de acuerdo, sino que basta con que una de las dos partes lo solicite.
Por norma general, solo será posible solicitar el divorcio si han transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio.
El proceso de divorcio en España
En España, el divorcio se encuentra regulado en el Código Civil a partir del artículo 85.
Un punto clave en la evolución de los procesos de divorcio en España fue a partir del año 2005, tras la modificación de la ley, puesto que los trámites de este procedimiento se han agilizado considerablemente desde entonces.
Como consecuencia de esta reforma, mediante el denominado divorcio express, ya no se requiere estar separado judicialmente con anterioridad al divorcio, ni alegar ninguna causa por la cual se ha decidido iniciar el proceso (basta simplemente con la voluntad de una o ambas partes).
¿Qué vías de divorcio existen?
Uno de los aspectos más importantes de un divorcio es el modo de llevarlo a cabo.
Existen dos vías posibles:
- Mutuo acuerdo. Cuando ambos miembros de la pareja están de acuerdo en los términos del divorcio. Se trata de un proceso más rápido en el que los cónyuges redactan un convenio regulador para establecer los aspectos claves de la ruptura (como la guarda y custodia de los hijos, el reparto de bienes, la pensión alimenticia, la pensión compensatoria, etc.). En el caso de que no existan hijos en común se puede llevar a cabo por vía notarial.
- Contencioso. Cuando existe discordia entre las partes y no es posible llegar a un acuerdo extrajudicial. Se acude al juzgado para que determine los aspectos fundamentales del proceso de divorcio.
En ambos tipos de divorcio es obligatoria la asistencia de un abogado y un procurador. En el supuesto de proceder mediante el mutuo acuerdo, bastará con un abogado y un procurador para los dos cónyuges.
Lo ideal para facilitar el proceso y reducir la incertidumbre de las partes afectadas es proceder con un divorcio de mutuo acuerdo (aunque no siempre es posible).
De esta forma no solo el proceso tendrá un coste económico menor, si no que las partes podrán acordar las condiciones del divorcio libremente en lugar de dejarlo en manos de un juzgado.
Los efectos del divorcio
El divorcio produce los siguientes efectos para los cónyuges:
- Se disuelve el vínculo matrimonial.
- Podrán contraer un nuevo matrimonio.
- Se disuelve el régimen económico matrimonial que corresponda. En función de a qué régimen económico se haya acogido el matrimonio (separación de bienes o sociedad de gananciales) será más o menos complicado el reparto posterior de los bienes acumulados y el establecimiento de las pensiones de manutención de los hijos, si existieran, y otro tipo de condicionantes.
- Se eliminan los derechos sucesorios a favor del cónyuge.
Estos efectos producidos por el divorcio, tendrán lugar a partir del momento en que se firme la sentencia.
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Diferencia entre separación matrimonial y divorcio
La principal diferencia entre separación y divorcio es que, la primera no disuelve el vínculo matrimonial. Es decir, una pareja que se encuentre separada, pero no divorciada, no podrá contraer matrimonio con otras personas.
Diferencia entre divorcio y anulación del matrimonio
Es habitual que se confundan dos términos tan diferentes como son el de la anulación del matrimonio y el divorcio.
Mientras que un divorcio supone la disolución del vínculo que se forma tras contraer matrimonio, la nulidad matrimonial consiste en la declaración de que nunca ha existido matrimonio.
Por lo tanto, en la anulación no ha existido legalmente tal matrimonio en ningún momento.