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No puedo pagar mis deudas

No puedo pagar mis deudas

Corren tiempos difíciles. La pandemia ha llevado a mucha gente al límite y los hay que se han encontrado con verdaderos problemas financieros al no tener cómo hacer frente a sus deudas.

El descenso de los ingresos que provocó el parón de la actividad en los meses de confinamiento, sumado a los consecuentes procesos de ERTE y ERE, no supusieron un descenso en el número de gastos de estos particulares. Se creó así un balance muy desnivelado entre gastos e ingresos, que con el paso del tiempo ha terminado pasando factura.

Ahora muchos se preguntan, ¿qué puedo hacer si no puedo pagar mis deudas?

Ante esta situación existen principalmente tres opciones: intentar cancelarlas, renegociarlas o refinanciarlas. A continuación examinaremos cuáles son los pros y los contra de estas posibilidades.

Cancelar tus deudas

Si el estado de insolvencia es importante y no existe la posibilidad de terminar pagando estas deudas, la opción más recomendable es la Ley de Segunda Oportunidad.

Este mecanismo legal permite tanto renegociar como cancelar tus deudas. Para lograr el segundo objetivo, el que nos ocupa en este punto, habrá que completar las tres fases del proceso: la documental, la de mediación y la judicial.

Al alcanzar la fase judicial se persigue lograr el conocido como BEPI, el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho. Una opción que, en resumidas cuentas, no es más que el perdón a través de sentencia judicial de aquellas deudas que no se pueden satisfacer. De esta manera el solicitante podría arriesgarse a nuevas iniciativas en el futuro empezando literalmente de cero.

Ventajas de la cancelación de deudas

Las ventajas de esta opción son claras: ofrece una solución ante una situación límite. Si no hay forma de renegociar las deudas, lo mejor es plantarse y volver a empezar de cero. Emprender una huida hacia adelante solo provocaría daños mayores en el futuro.

Además, con esta ley se pueden cancelar débitos de hasta cinco millones de euros. Algo que la convierte en una posibilidad sumamente accesible para todos los públicos.

Inconvenientes

Las desventajas, por su parte, incluyen los tiempos procesales de este mecanismo y el coste de los honorarios. Sobre lo primero, es habitual encontrarse con una duración superior o próxima a un año; mientras que el coste de los honorarios ronda los 2.500 euros.

Renegociar tus deudas

En el primer punto hemos hablado de cómo la Ley de Segunda Oportunidad puede servir para cancelar definitivamente las deudas. No obstante, no hay que obviar este mecanismo como una opción a considerar en el caso de querer renegociar tus deudas.

Y es que si anteriormente hablábamos de que el proceso consta de tres fases, en la segunda, la de mediación, se tiene que celebrar un acuerdo extrajudicial de pagos entre acreedores y deudor.

En el caso de sellar un acuerdo en esta fase, las ejecuciones sobre el patrimonio quedarán paralizadas y se establecerá una quita (reducción) considerable sobre el total de la deuda. En torno al 70% o 75%. Algo que ayudará al deudor y hará sus deudas más llevaderas.

Al margen de la Ley de Segunda Oportunidad, otras opciones de renegociar tus deudas son:

  1. Cambiar los plazos de pago, estableciendo retrasos o moratorias e intentando obtener capital durante ese tiempo.
  2. Modificar la cantidad adeudada, reduciendo el capital pendiente de amortización. Se suele hacer con quitas o daciones en pago.
  3. Cambiar los intereses aplicables, intentando reducir el actualmente aplicado.

Ventajas de la renegociación de deudas

Las ventajas de renegociar las deudas es que mejora sustancialmente la situación financiera del deudor. Generalmente, porque se reduce la cantidad a deber, o porque se consiguen moratorias de pago o se pactan unos intereses más laxos. Es decir, mejora sustancialmente la situación respecto al punto de partida.

Inconvenientes

La desventaja principal de renegociar las deudas es la complejidad de las negociaciones. Evidentemente y más cuando hay dinero de por medio, no es nada fácil lograr quitas, aplazamientos o acuerdos que sean sumamente ventajosas para una de las partes.

Por lo que también hay que entender que tanto acreedores como deudores tendrán que ceder en alguno de sus requerimientos y sacrificarse si quieren finalmente sellar un pacto.

Además, otra de las potenciales desventajas sería el hecho de tener que asumir los honorarios de un abogado que sea capaz de ayudarnos a gestionar estas negociaciones, pues es sumamente complejo hacerlo por uno mismo.

Refinanciar tus deudas

Como tercera y última opción, aparece la posibilidad de refinanciar las deudas. Esto se produce cuando una persona al verse con el agua al cuello solicita un crédito para asumir una serie de pagos que no podía abordar.

Un ejemplo claro es esa persona que tiene que hacer frente a una letra de un coche o a una mensualidad de una hipoteca o alquiler y no tiene la liquidez suficiente como para abonarla, y termina solicitando un préstamo de dinero rápido.

Ventajas de la refinanciación de deudas

¿Qué ventajas tiene esta opción? A corto plazo, permite salir del atolladero y conseguir la liquidez necesaria. Además, ayudar a no fallar en el pago de alguna cuota que pueda terminar provocando un incremento de los intereses o algún desenlace peor como una ejecución hipotecaria o desahucio de un inquilino en alquiler.

Inconvenientes

Las desventajas, por su parte, son a largo plazo mucho más dañinas que las posibles ventajas.

Al final el endeudarse más no suele ayudar a solucionar el problema, o al menos no tanto como la cancelación o renegociación de deudas. Adquirir una nueva deuda para pagar otra deuda suele ser uno de los motivos más comunes de insolvencia en la sociedad.

Por ello, de las tres opciones esta es la menos recomendable de todas.